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CARMEN ARISTEGUI HACE FALTA AL AIRE

CARMEN ARISTEGUI HACE FALTA AL AIRE

Radio - Ausencia de Carmen Aristegui

Estamos cerca de que se cumplan 4 meses de que Carmen Aristegui salió del aire.

Conforme pasa el tiempo, su ausencia es más notable y pesa más el no tener un informativo radiofónico matutino que tenga la selección de temas, el tino periodístico y la influencia como el que Aristegui logró construir en W Radio.

Y es que algo es indudable: el espacio de Aristegui era un espacio de referencia casi obligado para quien quisiera estar al día en la información del país. Era un programa que generaba agenda e incidía frecuentemente en el debate de la política nacional o en la temática de otros medios de comunicación.

La salida de Aristegui de W Radio (propiedad de Televisa Radio) fue polémica.

Los hechos, aceptados tanto por ella como por el grupo radiofónico, es que la empresa decidió no renovarle su contrato, luego de haberle advertido que su libertad editorial se vería mermada porque ahora la empresa quería expandir el modelo que aplica en otros países y que incluye que las decisiones editoriales importantes no recaigan sólo en los conductores de los noticiarios.

De allí, hubo dos versiones que trataron de ser propagadas en la opinión pública: la de los medios e intelectuales de izquierda, que hablaba de censura por cuestiones políticas, y la de los intelectuales cercanos a la derecha y/o a Televisa, que señalaba que sólo se trató de una tema empresarial, y que las principales diferencias eran aspectos no editoriales sino técnicos, como el respetar los horarios de los cortes comerciales.

Lo cierto es que era más que un secreto a voces que Televisa estaba muy molesta porque Aristegui había dado espacio en su noticiario a voces contrarias a la llamada "Ley Televisa" (denominada así porque presuntamente favorecía los intereses de la empresa en vez de los de la Nación) e incluso había sido crítica de ella en algunos foros ciudadanos.

Aunado a eso, fue notorio que Aristegui dio en su momento cobertura a temas periodísticos que casi nadie más se atrevía (y se atreve) a abordar en medios electrónicos:

- el juicio contra el Cardenal Norberto Rivera por presunta protección de pederastas
- la presunta violación de una anciana en la sierra de Zongolica por parte de soldados mexicanos
- las denuncias de Lydia Cacho de la protección que hay en círculos políticos a una red internacional de pederastia y pornografía infantil

Por si fuera poco, la constantes entrevistas que Andrés Manuel López Obrador otorgó a la periodista, la hicieron receptora del odio que muchos "anti-lopezobradoristas" le profesan al ex candidato presidencial izquierdista, quien denunció fraude en las elecciones del 2006 que perdió ante el actual Presidente Felipe Calderón.

Y es que, en mi opinión, es imposible entender el caso Aristegui sin la alta polarización que vive el país desde dicho proceso electoral.

En medio de esta compleja circunstancia y en este momento histórico tan relevante para nuestro país, Aristegui decidió hacer un periodismo comprometido dispuesto a abordar sin timidez temas que otros callan.

En un momento como ese, una decisión así es muy atrevida, justamente porque se expone a las mismas pasiones que permean el ambiente: cuando la gente siente que está en guerra, ama todo lo que le suene a "aliado" y odia todo lo que le suene a "enemigo".

Sin embargo, no hay duda de que ese tipo de periodismo, que privilegia su compromiso con las audiencias por encima de los intereses creados, es por supuesto más benéfico para nosotros como radioescuchas que cualquier otro "modelo editorial".

Además, Aristegui tiene dos cualidades notables: busca siempre ser precisa con el lenguaje y presentar información novedosa que en verdad aporte algo al debate de los temas.

Podrá, como todos, tener sus opiniones y expresarlas (como en su columna semanal en el periódico Reforma). Pero en sus espacios electrónicos, aun su subjetividad , Aristegui la manifiesta con información trabajada, con reportajes, con datos duros, con cuestionamientos profundos a los personajes clave, es decir, con periodismo.

Y eso, en un cuadrante saturado de personajes que editorializan, adjetivan, califican, dictan y opinan con la mayor ligereza y a la menor provocación, es algo realmente invaluable.

Por eso, se extraña Aristegui al aire.

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