REQUIEM POR CANAL 40, UNA TELEVISIÓN INTELIGENTE
La televisión se siente más vacía. Hoy jueves 2 de junio se cumplen 2 semanas de que CNI Canal 40 está fuera del aire, debido a la huelga de sus trabajadores sindicalizados, a quienes se les adeuda más de 12 quincenas.
Esta situación no fue novedad: todo el mundo sabía que Canal 40 tenía problemas económicos desde hace mucho tiempo. Todo el mundo sabía que Canal 40 no pagaba. Lo interesante, lo increíble, lo admirable es cómo sin estímulo económico los trabajadores de Canal 40 podían aún asi mantenerse en el aire, y no sólo, mantenerse, sino hacer una magnífica, una excelente televisión.
Desde el principio, Canal 40 fue un canal comprometido con la pluralidad y con hacer una televisión más inteligente que estridente. Los pocos programas que tenía Canal 40 eran en no pocas ocasiones mucho mejores que los de otras televisoras que no tenían ningún problema de dinero. Tampoco eran pocos los casos donde el noticiario de CNI Canal 40 ganaba la nota a los noticiarios de gran presupuesto de Televisa y TV Azteca. Más de una vez el Canal 40 incomodó a varios políticos, pero más de una vez los televidentes pudimos enterarnos e informarnos mejor a través de sus noticiarios que en otra frecuencia televisiva.
La descripción de la situación del Canal que hizo el periodista Raúl Cremoux, quien conducía el programa Otros Ángulos, en su columna de El Universal, es impresionante:
"Resultaba enternecedor observar que reporteras y secretarias llevaran fotos de sus hijos, padres o esposos a su escritorio para recibir un mínimo estímulo mientras trabajaban..."; "no había semana sin defecciones: el director de cámaras o estaba en otra parte o buscaba trabajo en provincia. La asistente de producción ya se encontraba laborando como vendedora en un gran almacén o no se había presentado a trabajar, dado que no tenía dinero para pagar su transporte..."; "Pululaban siempre rumores: ya se hizo la negociación con tal o cual gran empresario; ya pagan el viernes dos quincenas; ya todo se solucionará a fin de mes. Mientras tanto, un esmirriado espíritu de sobreponerse a la adversidad reinaba entre reporteros, productores y conductores. Cada quien en su rincón trataba de hacer lo mejor con lo poquísimo con que se contaba."
¿De dónde sacaban la motivación los reporteros, los camarógrafos, los trabajadores? ¿Cómo podían no sólo hacer su trabajo sino muchas veces hacerlo mucho mejor, con más talento, con más pasión, que la de sus colegas pagados por otras televisoras? ¿Cómo podían ganar la nota los periodistas del Canal y esforzarse por tener el mejor ángulo? Desde este punto de vista, ante su escasa retribución económica, su esfuerzo y sus logros eran heroicos.
En esa clasificación entrarían tanto los conductores de los programas como los miembros del staff y los trabajadores sindicalizados, aunque los primeros no son los que se fueron a la huelga y probablemente no eran los que padecían más. Muchos de ellos, tienen otros trabajos y otros formas de remuneración. Tal es el caso del conductor principal del noticiario de la noche, el programa más famoso e influyente del Canal, Ciro Gómez Leyva, quien es subdirector y columnista de Milenio Diario. Muchos trabajaban en el Canal simplemente por amor al arte, o al periodismo, a lo que fuera. Adolfo Aguilar Zinser, ex embajador de México en la ONU y quien conducía desde hace pocas semanas el programa dominical Séptimo Día, afirmó en su columna de Reforma que ni él ni los colaboradores del programa habían recibido un sólo peso.
Otros de ellos ya emigraron a otros canales. Tal es el caso de los conductores del programa financiero Dinero y Alebrijes, a excepción de David Páramo, que se llevaron el programa a Televisa. "Ellos no son sindicalizados y evidentemente no hay solidaridad para con el resto de los empleados", comentó al respecto Ricardo Acedo, secretario general del sindicato de trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión.
Lo cierto es que parece que el final de Canal 40 como lo conocemos ha llegado. Tal es seguramente el deseo de las otras televisoras pero es el pronóstico también de muchos hombres cercanos al Canal como el propio Raúl Cremoux. Si Javier Moreno Valle, el dueño, nunca pudo ponerse al día con las cuentas, menos lo podrá hacer ahora con la huelga. Eventualmente la concesión será probablemente revocada y otorgada a otro empresario que traerá su propio modelo de televisión.
Sin duda, el vacío se siente y mucho. Ninguno de los noticiarios actuales de la televisión mexicana llenan el espacio del de Canal 40, por ejemplo. Es como si una parte de la sociedad hubiera sido callada súbitamente. La pérdida es para todos, para todos los televidentes, para toda la sociedad. Y claro lo es más, para aquellos que, a pesar de sus errores, apreciábamos una televisión que nos tratara como adultos y ciudadanos y no como niños o sólo como consumidores.
Amte la situación, tal vez ahora valga la pena hacer lo que hacía Mafalda, la niña famosa de los comics de Quino. Se sentaba a mirar un televisor desconectado. Cuando su papá le preguntaba qué hacía, ella contestaba: "¡Pensar! Alguna vez quería darme el gusto de poder pensar mientras estoy mirándolo".
Esta situación no fue novedad: todo el mundo sabía que Canal 40 tenía problemas económicos desde hace mucho tiempo. Todo el mundo sabía que Canal 40 no pagaba. Lo interesante, lo increíble, lo admirable es cómo sin estímulo económico los trabajadores de Canal 40 podían aún asi mantenerse en el aire, y no sólo, mantenerse, sino hacer una magnífica, una excelente televisión.
Desde el principio, Canal 40 fue un canal comprometido con la pluralidad y con hacer una televisión más inteligente que estridente. Los pocos programas que tenía Canal 40 eran en no pocas ocasiones mucho mejores que los de otras televisoras que no tenían ningún problema de dinero. Tampoco eran pocos los casos donde el noticiario de CNI Canal 40 ganaba la nota a los noticiarios de gran presupuesto de Televisa y TV Azteca. Más de una vez el Canal 40 incomodó a varios políticos, pero más de una vez los televidentes pudimos enterarnos e informarnos mejor a través de sus noticiarios que en otra frecuencia televisiva.
La descripción de la situación del Canal que hizo el periodista Raúl Cremoux, quien conducía el programa Otros Ángulos, en su columna de El Universal, es impresionante:
"Resultaba enternecedor observar que reporteras y secretarias llevaran fotos de sus hijos, padres o esposos a su escritorio para recibir un mínimo estímulo mientras trabajaban..."; "no había semana sin defecciones: el director de cámaras o estaba en otra parte o buscaba trabajo en provincia. La asistente de producción ya se encontraba laborando como vendedora en un gran almacén o no se había presentado a trabajar, dado que no tenía dinero para pagar su transporte..."; "Pululaban siempre rumores: ya se hizo la negociación con tal o cual gran empresario; ya pagan el viernes dos quincenas; ya todo se solucionará a fin de mes. Mientras tanto, un esmirriado espíritu de sobreponerse a la adversidad reinaba entre reporteros, productores y conductores. Cada quien en su rincón trataba de hacer lo mejor con lo poquísimo con que se contaba."
¿De dónde sacaban la motivación los reporteros, los camarógrafos, los trabajadores? ¿Cómo podían no sólo hacer su trabajo sino muchas veces hacerlo mucho mejor, con más talento, con más pasión, que la de sus colegas pagados por otras televisoras? ¿Cómo podían ganar la nota los periodistas del Canal y esforzarse por tener el mejor ángulo? Desde este punto de vista, ante su escasa retribución económica, su esfuerzo y sus logros eran heroicos.
En esa clasificación entrarían tanto los conductores de los programas como los miembros del staff y los trabajadores sindicalizados, aunque los primeros no son los que se fueron a la huelga y probablemente no eran los que padecían más. Muchos de ellos, tienen otros trabajos y otros formas de remuneración. Tal es el caso del conductor principal del noticiario de la noche, el programa más famoso e influyente del Canal, Ciro Gómez Leyva, quien es subdirector y columnista de Milenio Diario. Muchos trabajaban en el Canal simplemente por amor al arte, o al periodismo, a lo que fuera. Adolfo Aguilar Zinser, ex embajador de México en la ONU y quien conducía desde hace pocas semanas el programa dominical Séptimo Día, afirmó en su columna de Reforma que ni él ni los colaboradores del programa habían recibido un sólo peso.
Otros de ellos ya emigraron a otros canales. Tal es el caso de los conductores del programa financiero Dinero y Alebrijes, a excepción de David Páramo, que se llevaron el programa a Televisa. "Ellos no son sindicalizados y evidentemente no hay solidaridad para con el resto de los empleados", comentó al respecto Ricardo Acedo, secretario general del sindicato de trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión.
Lo cierto es que parece que el final de Canal 40 como lo conocemos ha llegado. Tal es seguramente el deseo de las otras televisoras pero es el pronóstico también de muchos hombres cercanos al Canal como el propio Raúl Cremoux. Si Javier Moreno Valle, el dueño, nunca pudo ponerse al día con las cuentas, menos lo podrá hacer ahora con la huelga. Eventualmente la concesión será probablemente revocada y otorgada a otro empresario que traerá su propio modelo de televisión.
Sin duda, el vacío se siente y mucho. Ninguno de los noticiarios actuales de la televisión mexicana llenan el espacio del de Canal 40, por ejemplo. Es como si una parte de la sociedad hubiera sido callada súbitamente. La pérdida es para todos, para todos los televidentes, para toda la sociedad. Y claro lo es más, para aquellos que, a pesar de sus errores, apreciábamos una televisión que nos tratara como adultos y ciudadanos y no como niños o sólo como consumidores.
Amte la situación, tal vez ahora valga la pena hacer lo que hacía Mafalda, la niña famosa de los comics de Quino. Se sentaba a mirar un televisor desconectado. Cuando su papá le preguntaba qué hacía, ella contestaba: "¡Pensar! Alguna vez quería darme el gusto de poder pensar mientras estoy mirándolo".
8 comentarios
A. Ch. S. -
azteca se quede con la frecuencia de canal 40 y sirva de repetidora para sus "exitosas" telenovelas
Alex -
Ellos son un modelo de persona al que quiero aspirar a ser. Son un testimonio de que México tiene toda la madera que necesita para ser un país de primer mundo, pero tiene unos líderes que de rodillas les regalan la patria a los güeritos con billetes verdes a precio de pesos.
Por supuesto extrañaré el noticiero, séptimo día, otros ángulos, sexo diario (de donde aprendi mucho más que en la escuela pública que pagaron mis padres con sus impuestos), y tantos espacios que dejan, que me hacen recordar algo que dijeron cuando salieron victoriosos de su bajo (pero necesario) enfrentamiento con tv-azteca: NO ES MAS GRANDE LO QUE OCUPA MAS ESPACIO, SINO LO QUE MAS VACIO DEJA. (¡Extrañamente un año antes de las elecciones presidenciales, que curioso!)
Perdón por ser tan egoista, pero deseo tener ese privilegio de vuelta, el privilegio de la verdad, del compromiso, del amor a mi gente, y no del amor a los billetes.
Solo basta con decir que apoyaron al canal 40 (y que no eran sindicalizados), para que inmediatamente sean mis amigos.
Me voy porque tengo que buscar un trabajo para pagar lo que nuestros líderes (que ganan bien) se llevaron de aqui.
Alex Web -
pablo mayen -
victor omar uribe -
Casualmente vi tu link en Blogs México hace algún tiempo y me hice fan (silencioso, pero al fin y al cabo fan de tu espacio).
Necesitamos este tipo de retroalimentación en la red, espacios de análisis, opinión y debate sobre los medios y la realidad que nos rodea.
Felicidades por tu espacio.
Saludos!!!
El observante
Daniel -
Live_U4 -
Bueeeeno, hasta López Doriga es mejor en la radio. =)
Caminante -
Pero pues ni modo.