EN BUSCA DEL FRAUDE...
López Obrador radicaliza cada vez más sus movilizaciones en protesta de un fraude y en demanda de un recuento voto por voto de la elección presidencial.
Ahora, decidió quedarse en el Zócalo con sus simpatizantes, bloqueando además la circulación en el importante Paseo de la Reforma con campamentos de inconformes hasta que el Tribunal Electoral dicte el fallo de calificación de los comicios.
El punto es que todo lo que está haciendo, de esa manera, tan grande, tan radical, es en base de que en hubo un gran fraude, un fraude gigantesco, monumental.
Desgraciadamente, hasta ahora no hay evidencias de algo así y en cambio sí muchas de que más bien todos estos días AMLO se la ha pasado en búsqueda de ese fraude.
Así pareció con los primeros videos que presentó AMLO, donde hasta su propio equipo reconoció que eran pruebas poco contundentes y mal preparadas que dejaron peor imagen del tabasqueño en vez de beneficiarlo. López Obrador parecía tratar de aferrarse a cualquier prueba, por "chafa" que fuera, para probar el fraude.
Otra ocasión fue la terrible descalificación de López Obrador de la idea de "fraude cibernético". Y es que fue tremenda porque allí es, donde, desde mi punto de vista, se habían visto las pruebas más verosímiles.
Expertos físicos y matemáticos de la UNAM evidenciaron inconsistencias y cosas raras en la manera como fluyó la información en el PREP y en el cómputo distrital.
Un ejemplo clarísimo fue la incógnita de cómo es que en el cómputo distrital, Calderón y AMLO eran los únicos que se movían según llegaban los datos de diferentes estados, mientras que Madrazo, Campa, Mercado y los votos nulos permanecían casi inmóviles siempre casi en el mismo porcentaje, sin importar que entidades se contabilizaban. Algo matemáticamente imposible.
La solidez de los argumentos de los científicos de la UNAM quedó evidenciada cuando en un foro en el programa radiofónico de Carmen Aristegui, el propio director del PREP admitió que hubo muchas cosas "atípicas" en el conteo y ofreció crear una comisión para investigar esos "fenómenos".
Sin embargo, López Obrador en un segundo descalificó los argumentos y dijo en una entrevista con Miguel Ángel Granados Chapa que no había habido "fraude cibernético" como habían pensado primero, sino sólo fraude "a la antigüita" en las actas de las casillas. ¿Entonces todo el tiempo que invirtieron en convencer del "fraude cibernético"?
El colmo fue cuando la semana pasada en entrevista con Víctor Trujillo, López Obrador dijo que ahora sí estaba seguro de que había ganado la elección, que antes sólo tenía indicios. Entonces ¡¿por qué desde el principio a la gente sí le dijo que él había ganado?!
Estos ejemplos son sólo algunos de los que hacen ver que López Obrador más bien se la ha pasado en búsqueda de un fraude y no que tiene ya las evidencias para probarlo.
Ahora bien, eso no implica que no haya habido fraude y que no existan efectivamente muchas dudas. Eso lo tiene que definir el Tribunal. Pero sí me parece que la falta de coherencia de López Obrador hace que se esté jugando con fuego.
Yo, por ejemplo, sí soy partidario del recuento voto por voto porque creo que hubo muchas cosas raras. En una elección tan importante y cerrada cualquier cosa "atípica" puede haber inclinado la balanza lo suficiente como para que ganara un candidato y no el otro.
Además, es un hecho que el Presidente Fox y el Gobierno metieron su cuchara desde el principio en el proceso electoral.
También parece evidente, a juzgar por su agresividad postelectoral contra AMLO, que el IFE realmente nunca fue tan imparcial como debía serlo.
También es cierto que muchos creemos que las movilizaciones y la forma de protestar de López Obrador no corresponde ya a un régimen democrático y con libertades como el que creemos que hay ya hoy en día. Pero la grosera manipulación que hacen muchos medios de comunicación no hace sino reforzar la idea que tal vez no ha cambiado mucho desde el régimen todopoderoso del PRI.
Sin embargo, hay que decirlo claro: tal vez haya habido inconsistencias, tal vez haya habido errores, tal vez sí haya habido fraude. Pero algo es un hecho, no hubo un fraude monumental donde a López Obrador se le robaran 30 millones de votos.
La verdad es que, independientemente de lo sucio que jugaron muchos actores políticos y de poder en el País en su contra, López Obrador no ganó por su propia culpa.
Es un hecho que millones de personas votaron por Felipe Calderón y no votaron por AMLO porque él mismo no los supo convencer. Siempre se sintió siempre confiado de que iba a ganar sin necesidad de convencer a todos la población.
AMLO no ganó (al menos con claridad) porque nunca supo hablarle a otro sector que no fueran los pobres, porque nunca supo ni se esforzó lo suficiente en explicar a la clase media y alta que lo que se decía de él sobre que era un peligro no era cierto.
No ganó más simpatías porque cuando debía moderarse se radicalizó más y porque no supo escuchar a los buenos consejeros.
Perdió millones de votos porque fue incongruente, porque hablando de "moral" se rodeó de los más desprestigiados, porque hablando de "transparencia", él nunca la ejerció.
Entonces, tal vez hubo fraude o tal vez no. Esto debe aclararse totalmente.
Pero seamos sinceros, todo parece indicar que en caso de que lo haya habido, fue un fraude minúsculo de 250 mil votos y no de millones; y aun así les ha costado trabajo “encontrarlo”.
Que se disipen las dudas, que se recuenten los votos si es necesario. Pero sería bueno más madurez y prudencia de AMLO en lo que “encuentra” el fraude.
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chokkolatt -